martes, 23 de marzo de 2010

Si la palabra silencio es, «entre todas las palabras», la «más perversa o la más poética», es porque cuando finge que calla el sentido, dice el sin-sentido, se desliza y se borra ella misma, no se mantiene, se calla ella misma, no como silencio sino como habla. Este desplazamiento traiciona a la vez el discurso y el no-discurso. Es posible que se imponga sobre nosotros, pero también la soberanía puede intervenir ahí para traicionar rigurosamente el sentido en el sentido, el discurso en el discurso.
"De la economía restringida a la economía general", p. 360.