il est tombé, il est mort... esas fueron las palabras al inicio de la clase (razón por la cual ahora tomo clases en el cuc de odontología, pero no vine a escribir de eso hoy), sin embargo, fue la manera en que lo dijo lo que resulto aun más extraño, más ajeno y provocador. Por una parte esta expresión hizo que me sintiera bien conmigo mismo por el simple hecho de poder comprenderla, sin dudar, y asimiliarla al momento; pero al mismo tiempo fue este modo de enuncación que resaltó por su extrañeza, a diferencia de haberlo dicho en español o en inglés(he falled and died). Curiosamente, mientras charlaba con Polo después de clase, llegamos a la conclusión que la muerte, así como el erotismo junto con la mística, es decir las experiencias límites, conforman el problema del lenguaje y de los límites de su expresividad. Y pareciese que la muerte conforma el horizonte de sentido del hombre, incluso más que la vida, debido a su inminencia constante y patente... Es éste una vez más el terreno de lo unheimlich, aquello que se presenta como familiar y siniestro a la vez, y que tantas veces ha rondado por mi cabeza y mi alcoba. Pues no existe nada más amenazador que la muerte, nada más certero pero siempre conocido a través del cuerpo del otro; sin embargo nunca en carne propia...
Post-Scriptum
Ayer, 21 de Febrero, fue el día internacional de la lengua materna, lo que me resulta particularmente extraño al saber que es algo instaurado por la ONU con la excusa de "promover el multilingüismo y la diversidad cultural", pues esto necesariamente implica la imposición de una lengua materna sobre otra, o bien, de una tercer lengua en cuestión sobre las dos anteriores. El punto es que no veo la relación entre celebrar la lengua materna y el diálogo intercultural por las razones ya enunciadas, pues me parece que éste apela a la extraña figura utópica del monolingüismo. Sin embargo no niego la importancia de la lengua materna, aunque la frase que me hizo escribir estas lineas (Rodrigo habla español...) me resulta ajena en la medida que siempre hablamos otras lenguas, e incluso cuando esto no sea cierto, la historia de las lenguas será siempre una historia llena de heridas sin sangre, de invasiones, de marcas e intervenciones; ya sea del árabe en el español, del español sobre el nahuatl y doscientas lenguas indígenas más, del inglés en el francés o incluso del inglés al español, no existe ni existió jamás una lengua materna pura, un monolingüismo de lo Uno que podamos re-apropiarnos...
Post-Scriptum
Ayer, 21 de Febrero, fue el día internacional de la lengua materna, lo que me resulta particularmente extraño al saber que es algo instaurado por la ONU con la excusa de "promover el multilingüismo y la diversidad cultural", pues esto necesariamente implica la imposición de una lengua materna sobre otra, o bien, de una tercer lengua en cuestión sobre las dos anteriores. El punto es que no veo la relación entre celebrar la lengua materna y el diálogo intercultural por las razones ya enunciadas, pues me parece que éste apela a la extraña figura utópica del monolingüismo. Sin embargo no niego la importancia de la lengua materna, aunque la frase que me hizo escribir estas lineas (Rodrigo habla español...) me resulta ajena en la medida que siempre hablamos otras lenguas, e incluso cuando esto no sea cierto, la historia de las lenguas será siempre una historia llena de heridas sin sangre, de invasiones, de marcas e intervenciones; ya sea del árabe en el español, del español sobre el nahuatl y doscientas lenguas indígenas más, del inglés en el francés o incluso del inglés al español, no existe ni existió jamás una lengua materna pura, un monolingüismo de lo Uno que podamos re-apropiarnos...